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El gobierno de Estados Unidos se encuentra en un momento de reestructura, tanto por la crisis sanitaria del coronavirus que ha afectado diversas industrias, como por la nueva administración liderada por Joe Biden.
Al respecto, al interior del gobierno americano, ha vuelto a sonar recurrentemente el tema de desarrollar más estímulos, con la finalidad de generar nuevos empleos, y así “reconstruir un mejor” Estados Unidos.
El viernes pasado, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki señaló a los medios que el presidente se reunirá con miembros bipartidistas del Congreso, con el claro objetivo de poner sobre la mesa la importancia de ejecutar su plan de infraestructura de más de dos billones de dólares.
No obstante, el camino para lograr que su plan sea aprobado por la Cámara y el Senado es largo y duro, dado que los demócratas cuentan con mayorías estrechas y los republicanos se encuentran escépticos sobre la aprobación de un paquete de gastos enorme.
El Congreso regresará a Washington DC la próxima semana por primera ocasión, desde que Biden dio a conocer su propuesta, la cual tiene en la mira realizar una inversión en carreteras, puentes, aeropuertos, banda ancha, vehículos eléctricos, viviendas y capacitación laboral.
Ante un escenario poco favorable para su propuesta el presidente Biden señaló y se mostró “preparado para negociar” su iniciativa, a tal punto, que señaló que los $2.25 billones de dólares estimados para realizar su plan, podrían modificarse y ser en su caso, una cantidad menor.
“Creo que todos reconocen que necesitamos un aumento significativo en la infraestructura; se reducirá a lo que llamamos infraestructura”, indicó Biden.
Plan de estímulos atenderá una necesidad crítica
Junto con la flexibilidad mostrada con la finalidad de llevar a cabo el plan de infraestructura, el presidente dio a conocer que la Casa Blanca ha publicado una serie de “hojas informativas estado por estado”, en las que se señala toda la infraestructura en la que se podría invertir de aprobarse el nuevo estímulo.
Al respecto, Jen Psaki, explicó que los datos mostrados por la Casa Blanca dejan en claro “la necesidad crítica” existente en el país para aprobar una propuesta como la del presidente.
“Las hojas informativas destacan la cantidad de puentes y millas de carreteras en cada estado en mal estado, el porcentaje de hogares sin acceso a banda ancha, los miles de millones de dólares necesarios para la infraestructura de agua, entre otras necesidades de infraestructura”, señaló la Casa Blanca.
Cabe señalar que, los ciudadanos norteamericanos han comenzado a gastar sus últimos cheques de estímulo de Covid de 1,400 dólares, con el objetivo de lograr sortear todas sus necesidades, así lo señaló un estudio de Bankrate.com.
De acuerdo con la información presentada por Bankrate, el 45 por ciento de los estadounidenses tienen pensado utilizar esta última ronda de cheques para pagar sus gastos mensuales, mientras que el 36 por ciento considera usar el efectivo para pagar cosas esenciales del día a día, el 32 por ciento que quiere pagar sus deudas y el 28 por ciento desea ahorrar dichos dividendos.
Al respecto, el analista financiero jefe de Bankrate.com Greg McBride, señaló que “Al igual que con las dos rondas anteriores de estímulo, las facturas mensuales y los elementos esenciales del día a día son los dos usos más comunes”.
Este plan de infraestructura, es el segundo impulso legislativo importante del actual jefe del ejecutivo norteamericano, desde que asumió el cargo en enero. Anteriormente, los demócratas aprobaron un paquete de ayuda para el coronavirus de 1.9 billones de dólares.
Al respecto, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata de California, señaló la semana pasada que espera que su cámara pueda aprobar un proyecto de ley de infraestructura en los próximos días.
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