CBDC del Banco Central del Líbano podría llegar en 2021

• El lanzamiento de una CBDC forma parte de una de las estrategias que tiene pensado implementar  el gobierno del Líbano para enfrentar su crisis financiera.
• Con el lanzamiento de su CBDC el gobierno tiene pensado incentivar el flujo de dinero tanto a nivel local como el proveniente del extranjero .

El lanzamiento de una moneda digital (CBDC) el próximo año, es parte de  las acciones estratégicas que tiene planificado implementar el gobierno del Líbano para enfrentar una crisis financiera con notoria devaluación, y como respuesta ante las protestas ciudadanas y los sucesos acaecidos en el ámbito bancario que han originado pánico a lo largo de este 202.

Riad Salameh, Gobernador del Banco Central de la República Libanesa, manifestó que después de varios años en estudio y planificación, existe el firme propósito de cristalizar el proyecto de uso local para la futura “Libra libanesa virtual”, la cual tiene como principal finalidad promover la confianza hacia el sistema público bancario, e incentivar movimientos de dinero fiat más fluido a nivel local e internacional.

Aunque todavía hay mucho camino por recorrer para blindar a esta CBDC, en aspectos tales como revisar las medidas ante situaciones vinculadas con el lavado de dinero o financiación del terrorismo, los expertos puntualizan que se trabaja en ello, sin descuidar la pauta estratégica que ocupa el primer lugar, lograr con efectividad una transición a un sistema financiero sin efectivo.

Incentivar el flujo de capital nacional y extranjero

De acuerdo con el Gobernador del Banco Central,se estima que hay alrededor de  $10 mil millones de libras libanesas resguardadas en los hogares, por lo que se piensa que presentar un sistema que gire alrededor de una moneda digital, permitirá estimular la circulación de este capital dentro del país.

Salameh indicó que el gobierno tiene la intención de ofrecer al público una moneda virtual para que los pagos sean más asequibles, rápidos y efectivos, y así mejorar el flujo de capital a nivel local y del extranjero, tomando en cuenta que una inyección importante de capital hacia el Líbano, proviene de remesas, las cuales en el 2019 representaron el 14% del PIB libanés, de acuerdo al Banco Mundial.

El flujo de efectivo proveniente de las remesas se vio afectado debido a las restricciones que impusieron las instituciones bancarias debido a la crisis del dólar,  las cuales limitaban los retiros a tan solo $400 USD mensuales. Esta acción junto con la caída del valor de la moneda local limitó la posibilidad de llevar a cabo transacciones con la moneda local.

Esta situación económica llevó a acelerar los planes para la implementación de una CBDC y así fortalecer la economía nacional y cambiar la forma en que los ciudadanos aprecian el sistema financiero.

CBDC libanesa, prioridad para 2021

El Líbano, un crisol histórico de comunidades cristianas y musulmanas, se abre a los beneficios que este tipo de monedas virtuales están demostrando aportar en otras economías y así pasa a formar parte de la lista de naciones que se plantean seriamente manejarla, teniendo proyectado paralelamente, instar a los bancos a una necesaria reestructuración, incluida la recapitalización en un 20%.

El gobierno del Líbano informó que conservará sus reservas de oro como soporte o colchón ante una posible crisis de mercado más amplia, y en caso de que se presenten circunstancias que lo ameriten, el Banque Du Liban procederá a negociar sus lingotes en mercados extranjeros con el fin de obtener un respiro inmediato.

"El Líbano no tiene recursos naturales y tenemos que conservar el oro porque es un activo que podría liquidarse en los mercados extranjeros si enfrentamos una crisis fatal e inevitable", dijo Salameh a un medio de comunicación local, exponiendo algunos detalles de los planes del gobierno.

Las CBDC en el mundo

De acuerdo a un informe de los analistas de blockchain Ryan Todd y Mike Rogers, hecho para “The Block Research”, titulado: “ Una mirada global a las monedas digitales de los bancos centrales”,  publicado en el mes de agosto 2020, parte de la agenda de varios bancos centrales del mundo fue trabajar en la investigación y puesta en marcha de proyectos sobre una moneda digital emitida por un banco central (CBDC).

De este análisis se pueden destacar 3 puntos:

1. La mayoría de las propuestas del CBDC mantienen la arquitectura de un sistema monetario de dos niveles. Los bancos centrales no apuestan en intervenir y modificar las instituciones financieras, por considerarlo poco pragmático; más bien, optan por utilizar el servicio de los intermediarios para ayudar en los procesos del ciclo de vida del CBDC; entre estos agentes como los bancos comerciales tradicionales, y los proveedores de servicios no bancarios.
2. En los últimos 5 años, las opiniones de los bancos centrales sobre el CBDC han evolucionado y ya se acepta la innovación colaborativa, particularmente desde el punto de vista de la investigación y el conocimiento. En cuanto a la aplicación, el reto no es necesariamente la tecnología, pero sí es importante llevar a cabo una coordinación social que contempla considerar las opiniones o posturas de política básicas que se vinculan con el diseño y la gobernanza de una CBDC.
3. Los estabilizadores y los CBDC privados no son contradictorios, sino que se complementan por diseño; entendiéndose que ambos requieren confianza, seguridad y redes financieras que acaten los reglamentos para apoyar las redes digitales activos. Además, se entiende que en caso de que una propuesta de moneda virtual minorista implique la conversión de activos en fichas utilizando la criptografía de clave pública y privada, los actuales activos digitales infraestructura de mercado (carteras, bolsas, custodios, stablecoin proveedores, etc.) probablemente desempeñarán un papel de apoyo.

Mientras muchas naciones analizan el tema de las CBDC, otras economías a nivel mundial avanzan en su gestión y aplicación como es el caso de China quien ha logrado instaurar y llevar adelante este proyecto.

El Líbano no quiere quedarse atrás, por lo que se propone seguir la ruta marcada por China, Japón, Tailandia, Bahamas y Brasil, por nombrar algunas que parecen seguir enfiladas a buscar un sistema financiero sin efectivo.

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