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En los últimos casi 12 años, la tecnología blockchain ha llamado la atención de varios sectores en diversas ramas, debido a las características que posee como es la trazabilidad, transparencia y que es inmutable.
Si bien las cadena de bloques es reconocida por ser la tecnología en la que se basan las criptomonedas, los usos de la blockchain van mucho más allá de servir como la base del dinero digital, y ha sido adoptada y usada por diversas industrias, incluso el gobierno.
A su vez, las criptomonedas también han pasado de ser solo dinero digital y han logrado cumplir con uno de los propósitos con los que los ciberpunks y Satoshi Nkamoto alguna vez las imaginaron, libertad financiera y acceso a sistemas financieros para las personas desbancarizadas.
Sólo hace falta voltear la mirada y observar como las criptomonedas y la blockchain están ayudando a países como Hong Kong, Ghana, y más cerca de nosotros a Venezuela y Argentina a luchar contra los diferentes tipos de opresión que se están enfrentando estos países, tanto a nivel financiero como a nivel libertad de expresión.
Los usos de las tecnologías subyacentes a las criptomonedas se han ampliado desde sus temprano inicios, desde ser una parte de Bitcoin, a crear redes descentralizadas de diversas formas y con aplicaciones en cada vez más sectores, como lo son las finanzas, educación, minería y muchas más. Incluso, algunas de estas aplicaciones tienen implicaciones en la lucha eterna por la libertad de expresión.
Blockchain funciona como “un sistema que organiza la participación de servidores alrededor de todo el mundo”. Este sistema consiste en un libro mayor de contabilidad con diferentes copias idénticas existentes al mismo tiempo, en la que si una copia es eliminada o alterada las otras seguían existiendo sin ningún tipo de problema. Imaginemos que si un gobierno quiere censurar una información, habrán varias copias de la misma en diferentes partes del mundo.
La tecnología blockchain es de naturaleza distribuida, por lo que la convierte en una herramienta no-censurable. Lo que se ha usado para proteger los derechos humanos en varias partes del mundo.
Actualmente varios gobiernos autoritarios logran monitorear la actividad en línea de sus ciudadanos y a través del uso de software de censura pueden restringir el acceso de los usuarios a ciertos sitios no deseados
De acuerdo con un estudio realizado por Freedom House en el 2019, la libertad del internet cayó por 14 año consecutivo. El estudio resaltó que 3 de cada 5 usuarios del internet se vieron sometidos a algún tipo de censura por parte del Estado, e incluso de las empresas que proveen internet o por la red social que utilizan.
Ante este problema, blockchain parece presentarse como una solución ya que gracias a su descentralización genera que ninguna persona, institución o gobierno se pueda hacer con el control de una blockchain y de todos los datos almacenados ahí.
Pero no solo blockchain ayuda a la libertad ya que también las criptomonedas han otorgado libertad a los ciudadanos al darle la posibilidad a las personas de ser dueños reales de su dinero.
De acuerdo a Freedom House, “cuando la adopción de las criptomonedas este cerca del 100% los gobiernos y bancos centrales habrán perdido efectivamente la capacidad de amenazar el control de las riquezas o la exclusión financiera”.
Venezuela no solo está viviendo la crisis humanitaria más grave del continente americano en los últimos años, también se enfrenta a un alto grado de censura y autoritarismo por parte de su gobierno.
La hiperinflación en Venezuela es la mayor del mundo en la actualidad, la caída de su PIB supera ya el 80%, más del 90% de los venezolanos está en situación de pobreza extrema.
La República Bolivariana se mantiene bajo un agudo autoritarismo en el cual los procesos electorales carecen de transparencia y en reiteradas ocasiones han sido acusadas de ser injustas, por esta razón es casi imposible que los ciudadanos puedan realizar reformas políticas para mejorar su economía y cualquier voz disidente es simplemente silenciada.
Además de estar en medio de una economía destruida, el gobierno de Venezuela prohíbe que los venezolanos dentro del territorio del país accedan a los mercados financieros y bancarios internacionales Ante estas restricciones blockchain y las criptomonedas se presentan como un salvavidas ante la crisis que se vive en la nación.
Prueba de ello es que el comercio de Bitcoin, y otras criptomonedas no hace más que aumentar día tras día en Venezuela. Siendo este país el segundo país que más comercia con Bitcoin, sólo por detrás de los Estados Unidos y el número uno en Latinoamérica.
En naciones que tienen una economía y políticas inestables, las criptomonedas como Bitcoin se presentan como una herramienta financiera como un medio de intercambio resistente a la censura. A través de los activos digitales los ciudadanos pueden enviar y recibir dinero, ahorrar en una moneda mucho más estable y confiable como es el caso del Bolívar, e incluso servir como método de pago por algún servicio.
Aunque China y Rusia tienen una economía más fuerte que la venezolana, sus gobiernos autoritarios representan un problema para la libertad de sus ciudadanos.
En China, el gobierno puede hacer una vigilancia masiva de las transacciones que hacen sus ciudadanos a través de las plataformas de pago como Alipay y WePay. Por esta razón los opositores al gobierno están usando las criptomonedas para poder financiar sus proyectos ya que no es posible que el gobierno haga una vigilancia de este tipo de activos.
Mientras tanto en Rusia, el gobierno ha optado por congelar las cuentas bancarias de aquellos que se oponen a su gobierno, desde una ONG hasta a algún candidato. Sin embargo con Bitcoin hacer este tipo de acciones, por esto recaudar fondos por medio de criptomonedas se ha vuelto una alternativa viable para los opositores.
La tecnología blockchain por su parte, brinda a las personas el derecho de expresar quejas en una plataforma protegida, sin temor a la censura o represalias. Esta tecnología no puede ser manipulada por un tercero y las ideas expresadas públicamente, las cuales son registradas en estos sistemas, y no pueden ser borradas ni editadas.
Los gobiernos de China y Rusia son conocidos por su estricta censura de propaganda antigubernamental. Ambos estados han aprendido la tarea imposible que es censurar no sólo a las criptomonedas, sino a cualquier información almacenada en una blockchain.
En estos países existen un gran número de páginas de noticias y blogs construidas sobre plataformas blockchain para poder transmitir opiniones, críticas y cualquier tipo de noticias, fuera del alcance de sus líderes autoritarios.
Sin duda, Bitcoin es todavía una tecnología incipiente y no ofrece usabilidad, o velocidad impresionante de transacciones para los gustos de los países más desarrollados. Pero, como el mundo está muy lejos de estar perfecto, hay lugares en que Bitcoin es la mejor opción, ya que su lucha contra la censura, la distribución y su pseudo anonimato es lo que ha salvado muchas vidas en países en donde las libertades no son un derecho sino un privilegio.
De acuerdo con Freedom House más del 50% de la población mundial vive bajo un régimen autoritario, lo que es igual a 4.5 mil millones personas alrededor del mundo. Estas personas podrían utilizar criptomonedas como Bitcoin, y la tecnología blockchain para recuperar sus libertades.
Si invertimos el tiempo y los recursos para desarrollar wallets fáciles de usar, más cripto exchanges y mejores materiales educativos para Bitcoin y la blockchain. Tendríamos el potencial de marcar una diferencia real para los 4.5 mil millones de personas que no pueden confiar en sus gobernantes o que no pueden. acceder al sistema bancario. “Para ellos, Bitcoin puede ser una salida”. concluyó Freedom House.
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