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En 2017, en pleno auge de Bitcoin, año en el que llegó a su máximo histórico de 20 mil dólares, Uruguay se convirtió en uno de los primeros países en encaminarse a una criptomoneda. Mientras los activos digitales no aparecían en la agenda de los gobiernos, el país de Sudamérica lanzó una prueba de manera exitosa.
A tres años de este suceso, podría haber ciertos avances según anunció Diego Labat, presidente del Banco Central del Uruguay (BCU).
Cuando el BCU anunció una iniciativa denominada e-peso mencionó que esta era una "moneda de curso legal" digital y que podría utilizarse en todos los comercios participantes del país. Si bien mantenía ciertas similitudes con BTC, había diferencias claras.
El plan no estaba basado en una blockchain, sino que los tokens estaban en los teléfonos móviles de los usuarios, con la posibilidad de realizar transacciones peer-to-peer. Además, contaba con la ventaja de no necesitar conexión a Internet para realizar la transferencia.
Pese a que el plan resultó "exitoso", en palabras de las propias autoridades, cuando terminó la prueba a mediados de 2018 no hubo mayores novedades.
La crisis desatada a partir de la pandemia de Covid-19 reabrió el debate sobre la utilización de activos digitales y el BCU anunció que considera a la tecnología fundamental a la hora de realizar avances positivos.
"Se está viendo una debilidad global del dólar, aunque hay que ver cómo continúa la pandemia. Creo que la salida de la vacuna va a empezar a dar cierta certidumbre sobre el control del foco, que es lo que por el momento no sabemos. Hoy la crisis está relativamente controlada, o por lo menos hay control de daños", aseguró Labat en una extensa entrevista con el medio local La Diaria.
El presidente del BCU mencionó que durante la primera fase de pruebas el e-peso funcionó bien por lo que ahora están analizando cómo se desarrollará la segunda etapa. Uno de los cambios que ya se tienen pensados realizar es alrededor de todo lo que tiene que ver con tecnología, en particular con el sistema de pagos.
En el aspecto tecnológico, Labat considera que hay dos tipos de agenda. El primero implica la creación de bancos digitales, mientras que el otro refiere al carácter de infraestructura que pueda llegar a darse. El segundo aspecto es el que más le interesa a la autoridad y espera que la "tecnología ayude a mejorar el sistema financiero".
El presidente del BCU señaló que Uruguay aun tiene un largo camino por recorrer en cuanto a sistemas de pago comparado con otros países de América Latina.Un ejemplo de esto es el sistema de transferencias inmediatas las cuales acaban de ser acordadas con los bancos y estarán en funcionamiento antes de fin de año, sistema que en Brasil funcionan desde hace 25 años.
"Hay que empujar para que se incorporen herramientas que existen, pero que no se ponen en práctica. El e-peso podría ser una herramienta, aunque aún no lo tenemos definido", expresó Labat .
En su visión a mediano plazo sobre cómo responderá el Banco Central a la crisis y los planes a futuro, Labat hace referencia, sin nombrarlas, a ciertas características de las criptomonedas: independencia y control de la privacidad.
Labat considera que el mayor desafío al que se enfrentan al desarrollar un sistema financiero es la independencia donde justo Uruguay debe de dar paso adicional teniendo claro que la contracara de eso es la rendición de cuentas.
“La carta orgánica podría ser más exigente en ese sentido. Hay que apuntar a mayor independencia, con mucho mayor rendición de cuentas. Creo que esa es la reforma más relevante", aseguró Labat.
La crisis generada por la pandemia reabrió el debate sobre las criptomonedas y Uruguay plantó bandera al asegurar que piensa en una posible segunda etapa del e-peso después de su satisfactoria aplicación en 2017. ¿Cuál será el siguiente paso?
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