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La tecnología ha avanzado a grandes pasos en los últimos años y en diferentes áreas, como lo son la inteligencia artificial, realidad aumentada, conectividad 5G, Deep Learning, cómputo cuántico y también en cuanto a dinero digital se refiere.
No obstante, todos estos rubros tienen un punto en común, el cual es la seguridad de la información que obtienen por parte de sus usuarios, además de que éstos no se encuentran protegidos mágicamente a medida que la tecnología evoluciona.
En su caso, la seguridad con la que cuentan actualmente es el resultado de la intención, el compromiso y el diseño deliberado de quienes desarrollan dicha tecnología. Sin esta dedicación desde el principio, la trayectoria del desarrollo de una tecnología puede, y a menudo lo hace, tener consecuencias significativas y de gran alcance, al menos así lo consideran Sheila Warren, directora de Blockchain y Tecnología de Contabilidad Distribuida en el Foro Económico Mundial y Sumedha Deshmukh, especialista en proyectos en el equipo del mismo organismo.
De acuerdo con una publicación del portal especializado Coindesk, ambas mujeres versadas en el tema de la cadena de bloques, señalaron que “A medida que las actividades de blockchain pasan de la palabra de moda al caso de negocios, la tecnología se acerca rápidamente a un punto de inflexión. Con $ 12.4 mil millones en gastos proyectados para 2022 y anuncios de alto perfil de actores como Facebook, Bancos Centrales y compañías mundiales de minería y metales, las decisiones tomadas por los constructores de hoy tendrán un efecto dominó en grandes sectores de la población en los próximos años”.
Desde la perspectiva de Warren y Deshmukh, la tecnología de cadena de bloques ya ha sufrido las consecuencias por diseñar, dejando fuera de la ecuación los derechos de los usuarios que la utilizan y por la cual, existe.
Caso de estudio de las ICODe acuerdo con Coindesk, tanto en 2017 como 2018, se presentó un aumento súbito y una caída igual de inesperada de las ofertas iniciales de monedas (ICO), lo cual permitió proporcionar un estudio de caso, de lo que podría salir mal en uno o varios casos de fraude, modelos comerciales insostenibles y pérdidas representativas para todas aquellas personas que esencialmente son consumidores, no así conocedores.
Un ejemplo de ello, es un estudio realizado en 2018 por la compañía Satis Group, el cual que forma parte de una serie de cinco entradas que analiza el estado del ecosistema de la criptomoneda, reconoció que más del 80 por ciento de las ofertas iniciales de monedas realizadas en 2017, se identificaron como estafas.
Es así que el informe que señaló que más de las tres cuartas partes de las ICO fueron estafas, llamó la atención tanto de legisladores como de formuladores de políticas, sin embargo, la reacción por su parte fue demasiado tarde. Por tanto, “si blockchain realmente busca escalar en su próxima fase, repetir estos errores no es una opción”.
Cabe señalar que los mencionados avances tecnológicos, tienen la oportunidad de corregir el rumbo, no obstante, es necesario que las compañías que ya han sufrido o sido parte de algún error por parte de dichas tecnologías, tomen las cosas con calma y no quieran avanzar a pasos agigantados, ya que el hecho de actuar primero no les permitirá aprender del pasado, dado que la tecnología enfrenta varias amenazas existenciales como las siguientes:
En el mundo de la tecnología, ha quedado evidente en diversas ocasiones, que las protecciones finales para los usuarios, deben ser consideradas desde el principio del diseño del producto en cuestión, sobre todo cuando de datos se refiere.
En este sentido, las propiedades de Blockchain como tecnología fundamental, presentan una buena opción para pensar que dichas consideraciones sean particularmente importantes, “dado el daño y los efectos posteriores que pueden provenir de posibles infracciones”.
Toda aquella persona que tenga algún conocimiento técnico, tendrían la posibilidad de explotar dichas ventajas, tanto si tienen la intención de dañar de manera intencional a los consumidores, como para suprimir el mercado por medio de acciones anticompetitivas.
Es importante considerar que este tipo de comportamiento, disminuye o se separa de la idea principal de la descentralización, misma que se creó con la finalidad de proporcionar resistencia a la censura, privacidad e igualdad de condiciones para los participantes.
De igual manera, este tipo de transformación es más probable que ocurra en las economías de alto crecimiento. Esto debido a que, a pesar de que se hable del potencial de inclusión financiera, si este no es diseñado de manera cuidadosa, la tecnología de la cadena de bloques, podría conducir a una mayor exclusión y explotación de poblaciones vulnerables.
De la misma forma que sucede con cualquier otro tipo de tecnología, tanto los avances como los peligros que emanen del desarrollo de la cadena de bloques, serán reducidos a decisiones individuales, mismas que, de acuerdo con Warren y Deshmukh, serán tomadas de acuerdo con su estrategia de crecimiento, su desarrollo y su implementación.
“Es imposible controlar todas estas opciones de diseño, pero todavía hay espacio para la alineación entre los jugadores clave sobre cuáles deberían ser los estándares mínimos para la tecnología”.
Debido a todas estas consideraciones, es que el Consejo Global Blockchain del Foro Económico Mundial se encuentra actualmente desarrollando una "Declaración de Derechos Blockchain: Principios de diseño para un futuro descentralizado".
El objetivo de este documento, “es alinear a los líderes del sector privado, los responsables políticos y los consumidores, en una visión fundamental de cómo los usuarios pueden y deben protegerse a medida que se desarrolla la tecnología blockchain”, sobre todo en los siguientes pilares:
Cabe señalar que, se probará un borrador inicial de la Declaración de Derechos de Blockchain en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, del 21 al 24 de enero de 2020.
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